La oración es parte integrante de nuestro camino de fe como cristianos, pero es una de esas cosas que es fácil olvidar, sobre todo cuando se trata de convertirla en parte habitual de la rutina diaria de nuestra familia. Cuando vuelven las clases, todos nos ponemos en marcha en cuanto suena el despertador, desayunamos deprisa, metemos a los niños en el coche, nos tomamos el café de camino al colegio y empezamos a trabajar en cuanto llegamos a casa. Ha pasado la mitad del día y nos damos cuenta de que aún no nos hemos parado a hablar con Dios. No hay que avergonzarse de esta lucha ampliamente compartida, sólo hay una oportunidad para pensar en algunas formas sencillas de hacer de la oración un ritmo en nuestro día.
Lo que funcione para cada familia será diferente, pero aquí tienes algunas ideas para empezar:
Inventa una oración sencilla para el desayuno que reces cada mañana
Tener una oración que se repite cada día puede sonar gracioso para algunos, pero lo que se repite es lo que se retiene con el tiempo. Los pequeños cerebros en crecimiento empezarán a recordar las palabras dichas a Dios cada mañana, enseñando a sus corazones verdades bíblicas simplemente por repetición.
Te sugerimos que tu oración incluya una doctrina fundamental, gratitud y una petición. He aquí un ejemplo:
Padre, gracias por un nuevo día y porque Tus misericordias son nuevas cada mañana. Te necesitamos y Te invitamos a entrar en nuestro día. ¿Quieres conducirnos y guiarnos por Tu Espíritu Santo? Gracias por enviar a Tu Hijo, Jesús, a morir por nosotros. Ayúdanos a vivir hoy para Ti. Bendice esta comida, en el nombre de Jesús, amén.
Escribe una oración de 1 a 3 frases en una nota adhesiva y ponla en la fiambrera de tus hijos
Ésta es una pequeña forma de ayudarles a apropiarse de la oración y hacerla parte de su día, incluso cuando no estás con ellos. A medida que crezcan, cultivar su propia relación con Jesús a través de la oración les impactará durante años y hará que hablar con Dios sea una práctica familiar.
He aquí un ejemplo:
Padre, gracias por esta comida y por mis amigos. Dame fuerzas para el resto del día y ayúdame a amar a los que me rodean como Tú me amas. En el nombre de Jesús, amén.
De camino a casa desde el colegio o durante la cena, pregunta a tus hijos si hay alguien de su día por quien podáis rezar juntos en familia
Ésta es una forma sencilla y rápida de recordarte a ti mismo y a tus hijos que penséis en los demás y seáis conscientes de las necesidades que os rodean. Podemos quedar tan atrapados en nuestras propias necesidades y en nuestro mundo que olvidamos prestar atención y preguntar a los demás cómo podemos rezar por ellos. Puedes animar a tus hijos a que presten atención si ven en el colegio a un compañero que parece triste o disgustado. Comprobar cómo están y preguntarles si necesitan orar es una forma estupenda de mostrar el amor de Jesús y ser una luz en su colegio.
A la hora de acostarte, reza por algo que ocurra en el mundo
A veces todos necesitamos que nos recuerden que el mundo es mucho más grande que nosotros y que hay mucha gente ahí fuera que necesita rezar. Ésta es una gran oportunidad para rezar por los que no tienen la Biblia, los que aún no tienen las Escrituras en su lengua materna. Te animamos a que mantengas conversaciones reales y sinceras con tus hijos sobre por qué millones de personas aún no tienen ni un solo pasaje de las Escrituras en su propia lengua y sobre lo impactante que sería que estas personas pudieran leer o escuchar la Palabra de Dios.
Hemos creado algunos recursos divertidos y prácticos para que enseñes a tus hijos a rezar por la traducción de la Biblia. Descárgalos aquí.
He aquí una sencilla oración que puedes utilizar para rezar por los sin Biblia:
Jesús, acelera y potencia el movimiento de traducción de la Biblia. Rescata a las naciones de las tinieblas con la luz de Tu Palabra.
Reflexiones finales
Elijas lo que elijas para integrar la oración en la rutina diaria de tu familia, ten por seguro que será fructífera. Ninguna oración es pequeña o insignificante. Santiago 5:16 nos enseña que «la oración del justo es poderosa y eficaz». Cultivemos ritmos de oración para que nuestras familias prosperen mientras luchamos para que el Reino de Dios avance en nuestras vidas y en el mundo.