Los adultos suelen complicar las cosas más de lo necesario. Nos gusta controlar, gestionar y mantener cada detalle de nuestras vidas con el objetivo de producir el resultado más deseable. Aunque nuestras motivaciones suelen ser buenas, podemos quedar atrapados fácilmente en cosas que no importan sin darnos cuenta.
Los niños, en cambio, simplifican las cosas. No analizan lógicamente cada decisión que toman, sino que persiguen a un bicho luminoso hasta los arbustos, se desvían de la acera para chapotear en un charco y dejan que la leche con chocolate corra por su camisa recién estrenada porque no pueden bebérsela lo bastante rápido.
Jesús sabía que los niños tienen algunas cosas claras de las que los adultos deben aprender. Lo vemos claramente en Mateo 18:2-4:
«Llamó a un niño y lo puso en medio de ellos. Y les dijo «En verdad os digo que, si no cambiáis y os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Por eso, el que adopte la posición humilde de este niño es el mayor en el reino de los cielos».
Haremos bien en tomarnos a pecho estas palabras de Jesús. En nuestros esfuerzos por movilizar la oración mundial por los Sin Biblia, no sólo queremos llegar a ser como niños pequeños, sino que queremos capacitar a los niños para que marquen el camino de la oración. ¡Por eso estamos encantados de anunciar el lanzamiento de Kids Pray for Zero!
Como parte de nuestro lanzamiento, queremos compartir tres formas sencillas en las que puedes acompañar a tus hijos y ayudarles a rezar por las personas sin Biblia de todo el mundo:
1. Crea con ellos un ritmo diario de oración por los Sin Biblia.
Los niños suelen prosperar con cierta rutina y siendo capaces de anticipar lo que va a ocurrir. Tal vez, durante el desayuno, puedas leerles un breve fragmento de nuestro Diario de oración semanal que corresponda a ese día. Y luego podéis rezar juntos por una de las peticiones de oración que figuran en la lista. Te animamos a que encuentres el momento del día y el método que mejor funcione para ti y tus hijos.
2. Hazlo personal a su mundo.
Cada niño tiene una forma única de comunicarse y de ver el mundo. Para ellos, puede ser difícil comprender que hay niños como ellos en otras partes del mundo que no tienen la Biblia en su lengua. Busca pequeños momentos en los que les fascine algo o una historia (por ejemplo, su programa de televisión infantil favorito, un amigo del que les guste hablar, etc.) y aprovecha ese momento para enlazar conversaciones sobre cómo es ser un niño sin la Biblia en su idioma. Puedes decir cosas como «¿Y si tu mejor amigo nunca hubiera visto a Bluey? ¿Te entristecería? Igual que eso te entristece a ti, también debería entristecernos a nosotros que los niños de todo el mundo nunca hayan oído hablar de Jesús ni hayan leído la Biblia. Recemos ahora mismo por esos niños». Ayudarles a conectar sus corazones con una historia que puedan entender puede ayudarles a empezar a comprender historias que les son un poco más ajenas.
3. Involúcralos.
Los niños son creativos y les encanta hacer algo que sea idea suya. Pídeles que piensen en una forma sencilla de acordarse de rezar cada día por los que no tienen la Biblia. ¿Es mientras se cepillan los dientes? Puedes imprimir algunos recursos de Reza por Cero Niños y pegarlos en el espejo de su cuarto de baño. ¿Es mientras les lees un cuento para dormir? Puedes sacar su Biblia infantil como recordatorio para rezar por los niños que nunca han leído un solo versículo. Pedirles que piensen en ello (y quizá darles algunas sugerencias) puede ayudar a inspirar sus corazoncitos para que se hagan cargo y sientan que están haciendo algo importante (porque lo están haciendo).
¡Nos entusiasma ver a los niños dar un paso al frente y liderar la oración por los Sin Biblia! Creemos que sus pequeños corazones tendrán un gran impacto, y nosotros estamos aquí para animarles.
¡No dejes de visitar nuestro nuevo sitio web y recursos Pray for Zero Kids!