El 18 de diciembre de 2021, una de las iglesias locales, Africa Inland Church (AIC Korr), que dirige un programa de alfabetización de adultos, graduó a un total de 13 mujeres. Se trata de un curso intensivo que abarca, entre otras materias, Matemáticas sencillas, Salud Humana, Sanidad Animal y Biblia.
El día de la graduación asistieron a la función muchos Rendille, dirigentes de la comunidad, líderes religiosos y visitantes. Cada graduado recibía una oveja hembra y un ejemplar del Nuevo Testamento de Rendille.
Una de las graduadas se llama Geygeso Dokhle. Esto es lo que Geygeso tenía que decir: «Cuando me inscribí en el programa era como una ciega. Como soy madre, nunca he tenido la oportunidad de ir a la escuela. Cuando empezaron las clases, fui de las primeras en matricularme. Mi deseo era aprender a leer y escribir. A medida que avanzaban las clases y la Palabra de Dios era compartida con nosotros diariamente, me interesé más en escuchar la Palabra de Dios. En el proceso entregue mi vida a Jesus. Ahora he encontrado la luz. La Palabra de Dios en mi idioma es cada día más dulce. No sólo he sabido leer y escribir en mi propio idioma, sino que ahora puedo leer la Palabra de Dios en el idioma de mi corazón. Ahora tengo una herramienta en mi mano, y es la Palabra de Dios. Mi deseo ahora es compartir esta dulce Palabra con otras mujeres y niños de mi pueblo. Quiero que reciban esta luz que yo he recibido».
Cecelia N. Ndeke es miembro del equipo de revisión. Acepta que antes de unirse al equipo de revisión, no comprendía del todo quién era realmente Dios para ella; lo veía como un Dios de la iglesia y sólo trataba con las personas cuando seguían las enseñanzas de la iglesia. Habiendo aceptado a Cristo el 10/08/2010, ella veía a Dios como un disciplinario cuyo objetivo básico era mantener la ley y el orden, ir a la iglesia por lo tanto era una de esas maneras de mantenerse en buenos libros con él.
Ella da testimonio y dice: «Cuando me uní al equipo de revisión, me sentí desafiada por la forma en que los otros miembros se articulaban y parecían relacionarse con Dios como si fuera su mejor amigo. Mi punto de inflexión llegó cuando leí el evangelio de Juan 15. 3-9; Mulikhale avalafu khulwekhuwa elivawoleye, enye. \v 4 Tong’e mwise nese mwinywe. Nga olusaka silunyala okhwama amatunda niluli lwong’ene ta, nausa lutong’e khumuchuli, ata mwesi, okhwola mwevikhe mwise. \v 5 Nise omuchuli, nanywe ninywe amasaka. Oyo otong’a mwise, nese muniye, nje oyo owamanga amatunda mangi, nichasi ese simunyala okhukhola siosi siosi. \v 6 Omunju yesi yesi ochatong’a mwise, alikhutupwa nga esaka ne kome; ne amasaka kawuswa, katupwa mumuliro ne kasambwa. \v 7 Niva mutong’a mwise, ne amakhuwa kange kave mwinywe, cheve Papa siosi siosi si mwenya, ne muli khukholerwa. \v 8 Khulwa kano Papa wange anyola oluyali, mbo mwame amatunda amangi, kho mwekese mbo muli valondi vange. \v 9 Nga Papa kasima, kho nga sesi navasima; tong’e muwusimi wange.Este versículo abrió un nuevo entendimiento para mí, cambió la forma en que me veía a mí mismo como siervo de Dios. Empecé a profundizar en lo que dice la Biblia y a ver a Dios como un amigo. Me di cuenta de que cuando comprendo quién soy en Dios, ya no hago las cosas por miedo sino por amor, no actúo por deber sino por amor.
